El presidente electo Guillermo Lasso ha decidido conformar su gabinete ministerial con representantes identificados no solo con su movimiento político sino que también estarán presentes los afiliados o independientes de diversas ideologías, es decir, una estructura no solo multicolor –una colcha de bregué– sino con representantes que difieren de su pensamiento político, así todos estarán contentos de cogobernar en el transcurso de los próximos cuatro años.

La experiencia nos dice que si el gobernante de turno muchas veces no puede controlar o supervisar el trabajo de sus propios y ‘leales’ militantes, mucho más difícil será controlar a los representantes que no comulgan con sus propuestas contenidas en su plan de gobierno. Las sesiones de su gabinete serán extenuantes y el primer filtro que deberá consensuar será sobre los proyectos de ley que deberá enviar a la Asamblea Nacional para su discusión y aprobación. El futuro presidente deberá escuchar a sus asesores más cercanos, así como el criterio de varios sectores ciudadanos del país que trascienden a través de los medios de comunicación colectiva; de lo contrario veremos desfilar por los ministerios a representantes de diversas ideologías políticas que no darán sus brazos a torcer sobre tal o cual tema de interés nacional e internacional. (O)

Francisco Medina Manrique, licenciado en Periodismo, Guayaquil