El 31 de agosto me dirigí a la Fiscalía de Pichincha, localizada en la avenida Ramón Roca, con la finalidad de ingresar una denuncia escrita. La atención fue deplorable.

Alrededor de doce módulos “en funcionamiento”, con la mayoría de sus funcionarios ausentes. Pregunté quién atiende, la excusa: “son sus horas de almuerzo”. No pretendían agilizar el proceso de ninguna manera con relevos. La Fiscalía emite turnos a partir de la una de la tarde, no es capaz de mantener la bioseguridad de los usuarios, con cientos de personas en fila; imagino que muchas denuncias estarían tratando de ingresar, pero esperaban que los servidores se dignaran atenderles. Hacen bien en asignar turnos para el ingreso de las denuncias, pero el procedimiento es distinto cuando la denuncia es escrita, por lo cual no llevan control al tener este desorden. (O)

Mateo Sebastián Rodríguez Morejón, Ambato, Tungurahua