En época de las primeras culturas los hombres y mujeres eran nómadas, recolectores, luego se reunían por familia y formaron las tribus, cuando tenían problemas o conflictos entre ellos o con enemigos de otras organizaciones lo primero que hacían era consultar con los mayores y ancianos que habitaban entre ellos, los consideraban sabios y tomaban resoluciones de acuerdo a sus experiencias y acompañados por el silencio y la oscuridad de la noche llegaban a acuerdos para vivir en paz.
¿Qué le espera al país luego de esta sequía?
La actual situación me invitó a reflexionar el porqué siempre en el campo político existen sentimientos contrarios a todas las cosas que hacen sus dirigentes políticos. Somos muy pesimistas y siempre estamos esperando tener todo sin esfuerzo; ante tales circunstancias, es importante recordar el mensaje de John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país”.
Desde el 2017 han pasado tres presidentes y todos han sido sometidos al escarnio de sus enemigos, sé que han tenido equivocaciones, errores, pero no para destruir ciudades y edificios, o traspasar las barreras del respeto por medio de insultos, sin pensar que la ley de bumerán está a pocos pasos de nuestras vidas.
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Los responsables de la crisis energética
Hoy veo cómo al actual presidente de Ecuador le ha tocado hacer frente a adversidades de todo tipo, como la delincuencia, escasez de energía, incendios forestales y el actuar de malos. Estos malos ciudadanos actúan erróneamente convencidos de que por ser el hombre el primero en la escala zoológica todo lo merecen y no hacen nada para la conservación de lo que tenemos como un regalo de Dios.
En el silencio y oscuridad de la noche reflexiono y pienso que el presidente tomó conciencia de su juventud y que a pesar de poseer títulos académicos en importantes universidades del mundo se dio cuenta de que la experiencia es el más alto título que nos da la vida y así se rodeó de personas que a través del tiempo demostraron sus grandes dotes de ciudadanos de bien con experiencia calificada, entregados a servir con honestidad, sapiencia y responsabilidad, como las distinguidas ministras que lo acompañan y asesoran, alternando con jóvenes preparados en diferentes campos del saber y la educación, uniendo experiencia sinónimo de paciencia y sabiduría con juventud al día con los adelantos de la época, de esta manera el timón del poder se balancea hasta llegar a puerto seguro.
Apoyemos a este Gobierno hasta que termine su periodo y lo que venga después es decisión de los ecuatorianos, solo falta algo importante, acrecentar el amor patrio de todos los ecuatorianos y despojémonos de toda esa malicia de estar solo esperando una equivocación para quejarnos. Muchas veces se nos olvida que hemos nacido en una tierra de paz donde la prioridad siempre fue la tierra donde uno nace, ese sentimiento de amor a la patria se desvaneció, recordemos a nuestros abuelos, cómo amaban el lugar donde nacían y los que tenían tierras, dinero, ganado y haciendas grandes se caracterizaban por su filantropía cuando donaban terrenos para escuelas, municipios, colegios, maternidad y museos, hasta el día de hoy existen esas obras y recordamos con gratitud a los filántropos de todas las provincias del Ecuador. Qué bello ejemplo de amor a su tierra.
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Así en la oscuridad y silencio de la noche, que pronto va a pasar, estoy segura de que esta experiencia quedará para la historia de nuestros descendientes y comprenderemos con orgullo que de las calamidades también se pueden lograr acciones buenas que nos hacen resilientes. Hagamos lo posible por la grandeza de nuestra patria. (O)
Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente, Guayaquil