El triunfo rotundo de Daniel Noboa Azín, en el balotaje de la segunda vuelta electoral del 13 de abril último, le permite asumir con derecho y honestidad el ejercicio de un Gobierno democrático en el Ecuador, para el periodo constitucional 2025–2029.

Como es lo procedente, auguramos que el joven mandatario lidere los destinos del país, en el marco de la carta magna vigente –a la que se le pueden hacer enmiendas–, sin recurrir a presupuestos onerosos de una nueva Asamblea Constituyente.

El Ecuador que Noboa hereda de Noboa

Con su preparación académica, por su juventud, y en el marco de una honestidad y moral a toda prueba, Daniel Noboa Azín debería trabajar sin mayores obstáculos, que de por sí los ha venido afrontando desde su mandato interino, de año y medio, después de la muerte cruzada a la que recurrió el expresidente Guillermo Lasso.

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Por ello válido es recordarle que lo inaceptable de un gobernante no puede constreñirse en su juventud o en su inmadurez, sino de estar siempre apegado a la ley y a la Constitución, sin llegar a exabruptos personales, y lo peor, hacer uso y abuso de las instituciones y recursos del Estado para perseguir a sus adversarios políticos, o a los ciudadanos, empresas y organizaciones comunitarias que no coincidan con los intereses de su entorno político, o directriz gubernamental.

Señor presidente, ayude a los jubilados

Un gobernante democrático, inteligente y cuerdo, jamás debe dejarse envanecer por el poder que le dio el pueblo y los ciudadanos de la tercera edad, en especial. Jamás implantar un método de terror como lo hicieron quienes siguieron las directrices de los que las ordenaron, en la década ganada, convirtiendo el país en su hacienda personal, para enriquecerse a manos llenas, y dejando a la nación endeudada.

Por ello, es inadmisible que el presidente de Colombia venga a la posesión del presidente ecuatoriano a interceder por la libertad de un exfuncionario de alto nivel, considerándolo “perseguido político”, cuando ha sido sentenciado por delitos contra el Estado ecuatoriano.

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Carta al presidente de la República, Daniel Noboa

Que el mensaje a la nación pronunciado con énfasis por el presidente en su posesión del sábado 24 de mayo en la Asamblea Nacional tenga oídos receptivos y no la respuesta cuestionadora, egoísta y revanchista que alimenta proditorios fines y atenta contra la unidad nacional.

El país requiere seguridad, paz, justicia, trabajo, salud y educación. El esfuerzo de empresarios, empleados, trabajadores informales, en todas las latitudes del territorio nacional, debe ser de apoyo al Gobierno en sus iniciativas, y no permitir que el crimen organizado y la delincuencia continúen depredando al país, despojando del esfuerzo y el trabajo a las familias ecuatorianas, y lo peor, los recursos naturales que son el sustento primordial para el futuro de la nación. (O)

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Francisco Medina Manrique, periodista, Guayaquil