Parte superior del lobby del Teatro Bolívar, en el centro histórico de Quito. / EL UNIVERSO / Foto: Alfredo Cárdenas


El icónico Teatro Bolívar, construido atrevida y valientemente en estilo art déco en 1933, tras la Gran Depresión, merece la ayuda del Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito para volver a levantar vuelo. En el 2023, celebra los 90 años con una obra (Valientes; C. Piñeyros), llamada a empoderar a las niñas en medio de una sociedad aún patriarcal y autoritaria.

Así como dicho Instituto Metropolitano ha tenido el acierto de emprender la intervención integral en el Palacio Arzobispal de Quito, capital del primer país en ser consagrado a los corazones de Jesús y María, debe apurar la intervención en el Teatro Bolívar, que ha conseguido habilitar ya 1.000 de las 2.500 butacas, aforo que tenía antes del incendio que le afectó hace casi un cuarto de siglo. La pintura de la fachada espera, pero además todos los elementos arquitectónicos y estructurales, para devolverle a la capital un teatro que ha acogido a artistas nacionales y extranjeros, y contribuido a favor del arte y la cultura de Quito y del país. (O)

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Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito