Todo ciudadano de un país, cualquiera que este sea, debe amar a su país. Todos sus esfuerzos deben estar encaminados al beneficio de toda la población, indistintamente de las inclinaciones políticas personales. Esta característica debe ser mucho más arraigada en los actores políticos. Desde luego esto demuestra una personalidad madura, fruto de una mente sana y bien cultivada.

Comisión denuncia presiones y obstrucción para avanzar en la elección del contralor y llama a cuidar los exámenes escritos de 42 candidatos

Las mentes son propensas a cultivarse adecuadamente cuando son limpias y saludables. Cuando se alimentan con lecturas diversas, cuando no se permite que la contagien fanatismos, ni por ideas, ni por personas. Cuando se ha permitido que prime el fanatismo en cualquier mente, la capacidad de razonar se ve afectada y se limita a ser nada más que un seguidor incondicional de la idea o la persona objeto de su fanatismo, lo que nubla su visión, limitándola a ver solamente el objeto de su fanatismo.

La incapacidad de razonar puede provenir de varias fuentes como: una educación deficiente; trauma; una formación familiar distorsionada; o un resentimiento social.

Publicidad

Fiscalía formula cargos a dos policías por presunta asociación ilícita

En Ecuador estamos presenciando, lamentablemente, que algunos actores políticos, están aquejados de fanatismo, ya sea por interés, o por incapacidad de razonar. Lo peor es que están ocupando posiciones políticas que tienen una fuerte influencia en el devenir social. Tenemos allí un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que se empeña en imponer el interés de un grupo político, sin importarle en absoluto el bienestar del pueblo, desde mi perspectiva.

Por otro lado, surge el histrionismo (afición teatral) del presidente del Consejo de la Judicatura, que muestra la ausencia de razonamiento lógico, y una tibieza cómplice de la Corte Nacional de Justicia, que de manera inexplicable lo promocionó para que ocupe ese cargo.

Colegios de abogados preocupados ante injerencias políticas previas a elección de autoridades de la Federación Nacional de Abogados

Presenciamos también con estupor, la parsimonia de la Corte Constitucional, que no acata el concepto de flagrancia en actuación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, bajo el pretexto de un debido proceso, completamente inaplicable en este caso. Y no podemos dejar de mencionar la actuación de muchos jueces, que no respetan territorialidad, competencia, ni preceptos legales, para dictar sentencias a todas luces ilegales.

Publicidad

Todo esto configura, de una u otra manera, causales para demostrar un total desapego a la patria, esencia de nuestra naturaleza y que de ser debidamente manejada nos motivaría a amarla y enorgullecernos de ser ecuatorianos. Pero es la actuación de estos malos ecuatorianos, por un lado un grupo por falta de educación y por el otro por intereses particulares o grupales, la que no permite sentir ese orgullo.

Elecciones presidenciales de segunda vuelta paralizan negociaciones legislativas

Lo peor que puede proporcionar el fanatismo es confundir los intereses del pueblo con el interés de una persona o un grupo de personas; esto ocurre cuando el fanatismo se ha transformado en la gangrena del cerebro. Y lo peor es que quieren volver a ser parte del gobierno. (O)

Publicidad

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito