Dice el viejo y popular dicho que “dos cabezas piensan mejor que una”. Apliquémosla, en una población de un rango de entre jóvenes y adultos mayores, que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), representarían el 74,5% de Ecuador, para la presentación de propuestas frente a cada decisión que toma el Gobierno.

Los que no tienen voz

Una de esas propuestas frente a las protestas puede ser la creación de asambleas ciudadanas desde los colegios, universidades, entidades públicas, privadas, barrios y demás entornos sociales, que inviten a autoridades del Gobierno a un diálogo con contenido técnico para fomentar el desarrollo y atender las principales emergencias del país. Las paralizaciones –y peor aún con vandalismo infiltrado– no van a llevar al país hacia un norte democrático.

En anteriores paralizaciones la Conferencia Episcopal Ecuatoriana ha sido la mediadora de conflictos internos junto a varios ministros. Pero debería ser la población joven y madura la que presente propuestas, a través de los barrios y gobiernos locales que se puedan ejecutar.

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La marcha y el paro

La polarización es evidente en este país y ya es hora de volver a ser propositivos y proactivos y de no expandir los problemas.

Frente a la provocación, a las pérdidas económicas y humanas, fomentemos soluciones. Con criterio adelantemos un paso más. Vivimos en un país que cuenta con variedad de climas, culturas, producción. Tenemos que despertar por el progreso nacional. (O)

Elizabeth Terán, periodista y consultora de comunicación política, Quito