En el mundo de la política hay una estrategia muy común que consiste en evadir la responsabilidad de las acciones y omisiones frente a los ciudadanos, indican “no fue mi culpa, fue de TT”; es una excusa barata que usan algunos líderes, sin embargo se debilita su liderazgo, credibilidad. Cuando esto sucede, la inseguridad se desborda, los servicios públicos son mediocres, la obra pública es nula.

“No fue mi culpa, fue de TT” puede convertirse en un trending topic, es decir, en tema del momento, destacado, moda o tendencia; solo genera más dudas y quita transparencia política. Los ciudadanos no se dejan engañar. Es como la justificación del estudiante que no hizo el deber, que culpa al perro por haber roto su cuaderno con la tarea; aunque quizás funciona una vez, a la larga el profesor se da cuenta de que no es verdad. Es momento de que políticos dejen de buscar culpables, asuman las faltas y solucionen con compromiso los problemas de la sociedad. (O)

Fabricio Betancourt Ordóñez, abogado, Quito

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