Pensar que nuestro país puede lograr la gobernabilidad que necesita con el diálogo entre el Gobierno y la dirigencia indígena que representa a unos pocos, como se ha demostrado en las últimas manifestaciones, a cuyo exhorto al diálogo se ha sumado de manera absurda la que yo denomino “Corte de la Inconstitucionalidad”, considero que no es efectivo porque nuevamente no dará resultados duraderos.

Irrespeto a los derechos humanos de la población

La mayoría de ecuatorianos observamos, sin sorpresa pero con mucha indignación, que los dirigentes de las organizaciones campesinas y sociales empezaron a manifestar su descontento, la mayoría del tiempo con violencia, por la eliminación del subsidio al diésel; luego, sin conocer los estudios y la información que los motiva, han incrementado sus “demandas” muy diversas, que evidencian su falta de seriedad o que son instrumentos de otros intereses ajenos a los de sus comunidades, y que abiertamente no buscan el desarrollo ordenado del país.

Organizar y ejecutar un diálogo nacional con todos los sectores para buscar soluciones a problemas tan graves, que se han postergado por años, como la salud, educación, seguridad, trabajo, subsidios, exoneraciones, inversión privada, minería ilegal y crimen organizado, la modernización de la matriz productiva, para mirar a nuestro país en los próximos 30 años, debe realizarse en lugar de solamente promover el diálogo con la dirigencia indígena.

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El paro nacional

Representantes de la academia, el empresariado, las iglesias, los medios de comunicación, los trabajadores, los indígenas y de las organizaciones sociales, la comunidad internacional y otros sectores convocados por el Gobierno, sin exclusiones, deben tratar una agenda básica contando con información validada para asegurar un análisis sincero y la búsqueda de soluciones duraderas que consten en un buen plan de acción. (O)

Mario Andrade Trujillo, Quito