En el temblor el sábado 18 de marzo de 2023, al mediodía, el público de una cafetería, un supermercado, tiendas, de un centro comercial salían corriendo, gritaban, lloraban, llamaban por celulares; y la tercera edad perdiendo estabilidad al salir, por los nervios. Calmé a mi mujer, quedamos sentados en las sillas de un patio de comidas para esperar que pase la estampida.

No sabían por dónde coger la salida, se arrimaron a vitrinas de vidrio, buscaron ascensores, escaleras, etc. Las redes sociales pasaron videos de otras ciudades, en un bus salían unos jóvenes por las ventanas, pudieron arrollarlos vehículos en circulación. El temblor asustó al país. (O)

Néstor Campos, Guayaquil