Toda construcción tiene que ser resistente y duradera. Sea un edificio, un monumento, un puente o una central hidroeléctrica. La resistencia de los elementos no siempre es garantía de una larga vida útil. Lo importante es que las obras perduren a través del tiempo en buenas condiciones de servicio. Eso se conoce como durabilidad.

La producción de hidroelectricidad bajó de 90 % a 79 % por estiaje, en medio de erráticos anuncios de la autoridad energética

¿Cuánto tiempo debería durar una estructura en buen estado? Un edificio para viviendas u oficinas debería durar al menos 50 años y muchos en Guayaquil exceden ese límite. Los monumentos u obras importantes deberían durar al menos 100 años, por ejemplo, la Columna de los Próceres tiene 105 años. Para las centrales hidroeléctricas no hay registros suficientes. La Central Hidroeléctrica Paute Molino, al este de Cuenca, tiene 40 años de operación, la Presa Hoover en Estados Unidos va por los 87 años y la Central Hidroeléctrica Yguazú en Paraguay tiene 46 años.

Tres hidroeléctricas que costaron $ 3.620 millones, con problemas actuales y antiguos no resueltos

Se estima que las hidroeléctricas deben durar entre 40 y 80 años para establecer la depreciación y los costos de energía. Con buen mantenimiento, deberían durar 100 años y quizás más, salvo casos fortuitos o de fuerza mayor, como el caso de una de las turbinas de la central Sopladora que está parada por daños en su eje lo que se detectó en una rutina de mantenimiento. Admiro a la Central Hidroeléctrica Sopladora porque no tiene presa ni embalse. Es una central de pasada que funciona con las aguas turbinadas de la central Paute Molino, luego de un proceso de regulación de flujos para eliminar turbulencias.

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¿Cuáles son las centrales hidroeléctricas más significativas en Ecuador?

Lo bueno es que dejaron en paz a Coca Codo Sinclair, cuya erosión regresiva se detuvo en junio del 2021, pero del proyecto hidroeléctrico Cardenillo no dicen nada y del proyecto Río Santiago peor. Ahora están preocupados en resucitar las viejas termoeléctricas. (O)

Carlos Luis Hernández Bravo, ingeniero civil, Samborondón