El caos que destruye al país por la corrupción politiquera con alianzas de delincuentes, manifestantes violentos, guerrilleros, sicarios y mafias poderosas nacionales e internacionales distrae al pueblo con problemas tenebrosos de la inseguridad ciudadana. Por tanto, nos olvidamos del coronavirus que es otro enemigo de los ecuatorianos, pero se frena con la vacuna; al contrario de dichos enemigos humanos que nadie los combate y son más malos.

En templos, transportes urbanos, calles, muchos necios no se ponen mascarillas, además no han completado todas las vacunas del COVID. El Ministerio de Salud Pública, el vicepresidente del país, los medios de comunicación no informan las direcciones, los calendarios y horarios de atención de los centros de vacunación que están funcionando; no dicen qué marcas de vacunas ponen. (O)

Celinda viuda de Gómez Ch., ama de casa, Guayaquil