Sabemos que diciembre es un mes lleno de trabajo, reuniones de amigos y todo gira por las fiestas de la Navidad y fin de año, pero la verdadera razón de celebrar es el regocijo y el encuentro con Dios.

¿Cómo podemos estar en paz, en regocijo con tantos acontecimientos negativos en nuestro país? La respuesta es encontrarse con Dios mediante la oración, pero debemos también compartir con nuestros seres queridos.

Si bien es cierto es un mes altamente comercial por las demandas de las ventas, los juguetes para los más pequeños, y así infinidad de cosas materiales que en parte nos alegran cuando las recibimos de nuestras familias, tenemos que dar amor, ropa, etc., a las personas que más necesitan ayuda.

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La Navidad es paz. Qué bueno es encontrarse con la familia y disfrutar de la cena con tranquilidad, pero pensemos en las personas que en la Nochebuena pasan hambre, necesidades...; por eso brindemos siempre en estas fechas la mano. En estos tiempos tenemos todos que estar más que nunca unidos y colaborar con los pobres.

Estas fechas son para juntar a las personas que por algún motivo están resentidas, están solas, darles un abrazo; a quien más está pasando por algún problema de salud o económico, darle ese aliento y ayuda, que todo saldrá bien el próximo año y será mejor.

Pensemos en que hay alguien que está esperando que seamos generosos, lo podemos hacer sin tener mucho dinero. Celebremos nuestras fiestas de Navidad y fin de año en comunión con la familia, recordando que allá afuera en la calle siempre tenemos que ayudar a las personas de escasos recursos económicos, para también estar en paz y en regocijo con Dios.

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Les deseo una feliz Navidad para todos y un próspero año nuevo 2023. (O)

Carlos Andrés Nieto Aguilera, abogado, Guayaquil