La primera preocupación pública se dio en el año 2010, pero en los últimos días hemos sido testigos, una vez más, del peligro que representan las aves en la zona de aproximación de vuelos al aeropuerto de Guayaquil, sin embargo las autoridades locales, regionales y nacionales ahora intentan nuevamente demostrar su gran ‘preocupación’ planteando la necesidad de contratar expertos extranjeros que seguramente repetirán soluciones parecidas a las que se dieron desde el 2001 en el marco de la ex-Cedege; posteriormente en el 2005, del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos, y luego de aquello se han seguido gastando recursos en estudios y demás que no han aportado nada y dilatado una necesidad que lleva 20 años de retraso.

Se destaca la preocupación demostrada por los medios de comunicación, y la opinión de expertos nacionales entendidos en la dinámica de los sistemas fluviales, pero tal parece que todo lo dicho hasta el momento no tiene cabida en los responsables de implementar soluciones. Es evidente que las autoridades han caído en la inercia burocrática que solo les permite decir que la solución no es de su competencia, por otra parte las situaciones mediáticas en el ámbito político distorsionan la razón de llevar a cabo soluciones, dejando de lado el aspecto técnico y condenando al fracaso; y luego de 10 años o cuando ocurra un evento muy grave que lamentar estaremos discutiendo nuevamente la necesidad de solucionar un problema que cada vez se agrava más por el quemeimportismo de quienes tienen la responsabilidad moral y política de resolverlo. El islote El Palmar, los bajos frente a la isla Mocolí, la isla Celeste, etc., cuya génesis forma parte de un evento natural acelerado por razones antrópicas, al igual que en su momento nacieron muchas islas alrededor de Guayaquil como Santay, Mocolí y otras que desaparecieron por el desarrollo de la ciudad, deberían ser parte de un estudio académico ya que constituyen un laboratorio natural al servicio de los estudiantes y profesionales interesados en hidráulica de ríos. Pese al atraso de 20 años en implementar solución, sobre todo en los alrededores del islote El Palmar, es necesario que las instituciones responsables de solucionar salgan del letargo burocrático y político en el que están inmersas. (O)

Jacinto Rivero Solórzano, ingeniero civil especializado en hidráulica, Guayaquil