Acabaron de dar asambleístas 88 votos en la Asamblea para poder enjuiciar al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, sin una razón lógica y valedera porque no existe el informe legal que se debía presentar con los argumentos para dicho enjuiciamiento; razón por la cual, por ser una medida inconstitucional, el presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, abandonó la sesión, convirtiéndose la sala de la Asamblea en una fiesta de acólitos sumisos a la voluntad de un grupo que quiere echar fuera de la Presidencia al mandatario y llevar al caos.

Es la primera vez desde el año 1979 que un presidente será juzgado por el Poder Legislativo y posiblemente destituido, para el solo hecho de dejar al país en más crisis. El delito del que le acusan al presidente Lasso es por responsabilidad política en la conformación de una estructura de corrupción en las empresas públicas Petroecuador, Flopec y Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (EMCO), pero él, al contrario, deja una utilidad al país mucho mayor de la que dejaron los antecesores gobiernos.

Asambleístas serán juzgados por la historia si Ecuador vuelve a la anarquía, a los saqueos, se convierte en ruinas como Ucrania midiendo fuerzas. ¡Cuántas muertes dejan los conflictos fratricidas! Partidos políticos se han unido en una pugna de poderes que quiere ver al pueblo destrozado por la ignominia.

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Preguntamos como pueblo: ¿cuáles son las pretensiones verdaderas que estas personas buscan para derrocar al presidente elegido constitucionalmente? Darán cuenta a la historia, les juzgará por lo que hicieron al país; la ruina será completa con la furia de la naturaleza que destruye carreteras, montañas, quedando enterrados en deslaves cientos de compatriotas humildes víctimas de los desastres naturales, y de la delincuencia y de cierta ‘política’ que nos azotan. (O)

Luis Mario Contreras Morales, Quito