Otra vez tenemos que contestar al artículo rusófobo del señor Hernán Pérez Loose ‘Amargo aniversario’, publicado el día 26 de noviembre.
Han pasado mil días desde el inicio de la operación militar especial, que Rusia no pudo evitar. Durante este tiempo, se han impuesto más de 15.000 sanciones contra la economía rusa, más de 60 países han unido fuerzas contra nosotros en los frentes político, financiero, mediático y militar. Sin embargo, Rusia no solo sobrevivió, no se derrumbó desde adentro, como querían nuestros enemigos, sino que continuó desarrollándose con confianza y defendiendo sus intereses, incluso demostrando la mejora del pensamiento técnico y de ingeniería. Es por eso que el hito de los mil días de la confrontación militar en Ucrania parece especialmente amargo para el público rusofobia, y para el señor Pérez Loose en particular.
El ataque demostrativo de Oreshnik a la planta de la ciudad de Dnepropetrovsk (fundada en 1776 por la emperatriz Ekaterina II como la ciudad rusa de Yekaterinoslavl) no solo destruyó los talleres donde se creaban misiles de corto y mediano alcance a partir de componentes suministrados por los países occidentales para ataques en las profundidades del territorio ruso. Y lo que es más importante, destruyó la fe ciega e imprudente de las élites occidentales hostiles a Rusia en que podrían refugiarse en sus cómodos refugios subterráneos. Ahora no hay necesidad de usar armas nucleares para destruirlos. Y esto le da a la humanidad la oportunidad de evitar el apocalipsis.
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Sin embargo, entendemos que la fase aguda del conflicto continúa, y en el campo de los medios de comunicación, nuestros enemigos derramarán mucha suciedad y mentiras sobre nuestro país y nuestros dirigentes. Se utilizan los mismos “argumentos” y “hechos” refutados repetidamente sobre los llamados “crímenes rusos contra la humanidad”. Confiamos en que un día habrá un segundo tribunal internacional de Nuremberg y llevaremos ante la justicia a todos los verdaderos criminales. En cuanto al artículo del señor Pérez Loose, no analizaremos todas sus tonterías sucias, las cuales son fácilmente refutables incluso con una simple búsqueda de información en internet. Por ejemplo, centrémonos en uno solo.
Cabe destacar que el autor del artículo demuestra una vez más su ignorancia y recurre a una de esas cínicas falsificaciones de la historia soviética: el tema del llamado “Holodomor”. Según documentos de archivo, la hambruna masiva en varias regiones de la Unión Soviética a principios de la década de 1930 fue causada por una grave sequía.
Millones de rusos, kazajos, tártaros, y representantes de otras nacionalidades que vivían en las regiones del Volga Medio y Bajo, el Cáucaso Norte, la región central de la Tierra Negra, los Urales del Sur, Siberia Occidental y Kazajistán fueron víctimas de este cataclismo natural. En este contexto, los intentos del régimen de Kiev y sus dueños occidentales y luego del señor Pérez Loose de dar al pueblo ucraniano una imagen excepcional de un “mártir”, de “privatizar” la tragedia de todo el pueblo soviético para nuevas interpretaciones del pasado, son absolutamente incomprensibles.
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Además, la explotación de este tema con fines políticos actuales es simplemente cínica y extremadamente irrespetuosa con la memoria de los otros cientos de miles de personas que murieron de hambre.
Acusando al Gobierno soviético de genocidio de la nación ucraniana, los propios países occidentales fueron en gran parte responsables de la escasez masiva de alimentos que surgió en la URSS. Con el telón de fondo de las malas cosechas a gran escala, se negaron a aceptar cualquier otra cosa que no fuera grano como pago por maquinaria y equipo en las operaciones de comercio exterior.
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Carta del embajador de Rusia en Ecuador
No se tuvieron en cuenta las razones humanitarias, el motivo principal fue solo el deseo de detener la industrialización en la Unión Soviética. Y hoy la situación en los territorios controlados por el régimen de Kiev recuerda a aquellos terribles acontecimientos. Las empresas occidentales no solo se han convertido en los propietarios de facto de las tierras agrícolas en Ucrania. Para reponer las reservas de cereales de sus países están exportando activamente productos agrícolas, mientras se preocupan poco por las necesidades de la población de la propia Ucrania. Y todo esto va acompañado de intentos de culpar a Rusia de la crisis alimentaria tanto en la propia Ucrania como en el mundo en su conjunto. Al mismo tiempo, como descubrió Michael Koch, columnista de la edición austriaca de Exxpress, con el grano ucraniano destinado a los países africanos más pobres se alimentaba a cerdos españoles.
Por cierto, son los españoles los que tienen un dicho: “A cada cerdo le llega su san Martín”, lo que significa que tarde o temprano la justicia prevalecerá. La verdad sobre el pasado distorsionado y falso presente está destinada a salir a la luz. Creemos sinceramente en esto, porque la justicia se considera uno de los valores más altos en Rusia. (O)
Vladimir Sprinchan, embajador de Rusia en Ecuador, Quito