La Navidad es la época más bonita del año, niños, jóvenes y adultos esperamos este acontecimiento universal porque es época de reuniones, de regalos, de sorpresas, de cenas, visitas a seres queridos, en fin, época de regocijo, de paz, de amor, de esperanza.
Lo más importante para los cristianos es que cada 24 de diciembre recordamos un hecho que cambió la vida al mundo y fue el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, pero este año 2020 vamos a vivir también un hecho que ha cambiado al mundo y es la pandemia, seguramente tendremos un festejo atípico para el cual no estábamos preparados, vamos a estar distanciados físicamente, pero debemos estar dispuestos a estar unidos por el corazón. No permitamos que la pandemia nos aleje de nuestros seres queridos. No dejemos que se pierda nuestra esperanza, la que nos vino a regalar a manos llenas Jesús. Aprovechemos para practicar alguna de las obras de misericordia corporales o espirituales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, enterrar los difuntos; dar consejo a quien lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que está en error, consolar al triste, perdonar, soportar con paciencia los defectos de los demás, rogar a Dios por vivos y muertos. (O)
Elvira Gabriela Morla Larrea, abogada, Guayaquil