Por Livio Espinoza

Estados Unidos e Inglaterra han aprobado la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech contra el COVID-19, y ha comenzado el proceso de vacunación. Pero una cosa es conseguir la vacuna y otra muy distinta es hacerla llegar al lugar preciso donde se necesita.

La logística para esta vacuna es muy compleja, es un desafío al que nunca antes el mundo se había enfrentado; debe ser manejada por expertos que realicen una verdadera planificación logística; que midan a través de simulaciones los planes y realicen ensayos de algunos factores; y que lleven a cabo esta operación siguiendo el ciclo logístico que este problema demanda, desde el momento en el que las vacunas son expedidas por las empresas farmacéuticas hasta que llegan al brazo de una persona.

El desafío logístico consiste en proporcionar los medios: personal médico y de apoyo, material dado por las vacunas, insumos médicos e instalaciones y los servicios de distribución aéreos, marítimos y terrestres necesarios para satisfacer en cantidad, calidad y lugar adecuados las exigencias que demandará la población ecuatoriana que requiere ser vacunada.

Hemos vivido recientemente dos sucesos de dolor y angustia en el Ecuador, el terremoto en Manabí del 2016 y en marzo de este año vivimos la peor crisis de esta pandemia, situaciones en las que quedó demostrada la falta de planificación y de ejecución logística para enfrentarlas, por desconocimiento e inexperiencia de las instituciones que inicialmente se hicieron cargo, lo que generó caos y pánico en la ciudadanía al ver que sus gobernantes no tenían respuesta planeada y sus equipos de trabajo no daban soluciones eficientes. Hasta que se decidió que las Fuerzas Armadas tomen el mando y control de la situación y se logre revertir el caos, el desorden y retomar la calma de los ecuatorianos. Somos los militares quienes hemos sido preparados en temas de logística de alto nivel y operativa, tenemos la experticia requerida para realizar este esfuerzo logístico y la vocación de servicio a la patria requerida para responder eficientemente cuando el país se ve enfrentado a un conflicto armado y catástrofes como las indicadas anteriormente.

Para llevar a cabo con éxito la vacunación contra el COVID-19 se vuelve fundamental que sean las Fuerzas Armadas quienes lideren junto con el Ministerio de Salud la elaboración de la planificación logística, así como su ejecución, tomando en cuenta que todo esfuerzo logístico debe ser guiado por un objetivo estratégico claramente definido; que la coordinación de todas las acciones es un elemento esencial para la eficacia de este esfuerzo; que para coordinar hay que decidir y esto implica mandar, lo cual requiere de asesoramiento y voluntad; que se cumpla el principio de la previsión de manera de visualizar por adelantado y planificar adecuadamente; y que se realice el proceso metódico y ordenado del Ciclo Logístico, en sus fases de determinación de necesidades, obtención y distribución.

Una improvisada logística para el proceso de vacunación contra el COVID-19 puede causar más dolor, más pobreza y, Dios no lo quiera, más corrupción. (O)