La posible ampliación de la Reserva Marina de Galápagos hasta cubrir toda la Zona Económica Exclusiva insular está en pleno debate.
Estas discusiones han obviado analizar el costo operativo del Parque Nacional Galápagos (PNG), el cual se financia mediante la recaudación de la tasa al turismo. El Presupuesto General del Estado y los informes de rendición de cuentas del PNG, del 2015 al 2019, demuestran que los ingresos no cubrieron las necesidades presupuestarias. El déficit anual gira entre $ 10 millones y $ 18 millones ($ 60 millones en ese periodo). La operación del PNG constituye una distorsión fiscal, es decir, el subsidio pagado por otras fuentes apunta a un beneficiario equivocado (los turistas). Los directores del PNG han reportado la situación, sin respuesta. Las autoridades permanentemente endosaron el subsidio al Ministerio de Economía y Finanzas, MEF. La caída de visitantes en el 2020 -y en el 2021- generará una reducción mayor de los ingresos del turismo, lo que incrementará el monto del déficit. Un escenario extremadamente complicado para el Gobierno. Si la sostenibilidad actual del PNG precisa fondos de otras fuentes del Estado, ¿cuál es la viabilidad de proponer una ampliación a la Reserva Marina de Galápagos? ¿Alternativas?: crear un fondo fiduciario ($ 300 a $ 350 millones), subir la tasa, incrementar visitantes. Opciones muy complejas. La sábana de los recursos del PNG es extremadamente corta. La última palabra la tiene el MEF, que no ha participado hasta ahora. (O)
Oswaldo Ramón Rosero Quirós, máster en Gestión Marítima, Guayaquil