Nos encontramos en época electoral con diversas propuestas de los sendos candidatos presidenciales que están apostando por llegar al sillón grande en Carondelet. La mayoría de sus propuestas están centradas en reactivación económica, pero la pregunta del millón es ¿cómo?

Claro está que el sustento de Ecuador durante la pandemia ha sido el aumento en exportaciones de productos primarios.

Definitivamente Ecuador debe determinar al comercio exterior como un pilar fundamental para la reactivación económica, generación de empleo y dolarización.

Para lo cual es necesario que el próximo presidente presente a la ciudadanía una visión clara de política de comercio exterior que sea viable, razonable y aterrizada.

Es importante soñar con más acuerdos comerciales, incrementar el volumen de exportaciones y ser un país atractivo para la inversión extranjera, pero aquello no se logra de la noche a la mañana. Ecuador debe demostrar que es un país vanguardista, innovador y que su política pública en comercio exterior está alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.

No solo eso, sino que la propuesta debe contar con objetivos claros y un plan de ejecución, esto quiere decir, sin improvisaciones. La política pública debe estar en manos de personas capacitadas, con vastos conocimientos y con miras a un crecimiento y desarrollo del comercio internacional firme, seguro y exponencial.

Se deben incentivar las exportaciones, en especial los productos con valor agregado que generan más réditos e ingresos a los exportadores.

Según cifras del Banco Central, aproximadamente el 66 % de las exportaciones de Ecuador corresponde a productos primarios, es decir, productos que no sufren transformación alguna antes de ser exportados. Esto se debe a que en la práctica Ecuador no cuenta con un régimen de zonas francas que brinde beneficios arancelarios, tributarios y aduaneros. Estos pueden ser para exportados o para el consumo interno, lo cual haría más competitiva a la industria local.

Por otro lado, no podemos dejar de lado a nuestros vecinos y competidores en muchos de los productos primarios. Sin duda alguna, la ubicación de Ecuador le beneficia y por eso nuestros productos son tan ricos y apetecidos a nivel internacional. Pero eso no significa que los vecinos no puedan hacernos competencia.

Por su parte, Colombia, con un régimen agresivo de zonas francas y tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, es líder en productos con valor agregado. Asimismo, Perú con un plan reforzado de incentivos a los exportadores y tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, hoy en día han ganado espacio en sus exportaciones.

¿Qué le queda a Ecuador? Pues su próximo presidente debe de tener claro que Ecuador necesita política pública de comercio exterior, aduanas, inversiones e industrias que sea clara y fuerte. Dejen de improvisar con personas no capacitadas. Necesitamos planes a largo plazo, no a plazos de periodos presidenciales. (O)