Los colores llevan consigo un gran poder; transmiten sensaciones, traen recuerdos y nos permiten expresar un poco de nuestro mundo interior. Todo esto es subjetivo, sin embargo, existe un lenguaje colorido que todos los seres vivos tenemos en común. Los animales y las plantas usan este lenguaje con fines directos y específicos, y para nosotros suele pasar desapercibido. Por ejemplo, las ranas, serpientes, mariposas e incluso algunas flores que tienen rojo y amarillo en su coloración están comunicando que son tóxicas y que los depredadores deben estar alerta si no quieren envenenarse. Nosotros usamos estos mismos colores para indicar peligro o que se debe estar alerta.
En el espectro de azules y morados: cuando vemos alguna flor, insecto o ave con estos tonos inmediatamente nos llama la atención. Los pavos reales saben el efecto de estos colores y los usan en su cola en la forma de un colorido abanico para atraer a la hembra, y, además, tienen unos ojos pintados en cada pluma que hace que sea imposible pasar desapercibidos. De la misma manera, las iguanas marinas negras de Galápagos usan tonos azules durante su cortejo. Los machos se tornan de un turquesa brillante y un rojo oscuro que sorprende a cualquiera. Asimismo, existen en Galápagos iguanas de color rosado, tan rosado como los flamingos y los delfines del Amazonas.
Nuestra percepción de colores tiene límites. No podemos percibir más allá del violeta (ultravioleta) ni del rojo (infrarrojo). Sin embargo, hay especies que usan colores fuera de nuestra escala para comunicarse, como el lenguaje secreto de las abejas y las flores. Muchos patrones de las flores son invisibles ante nuestros ojos. Algunas que para nosotros son uniformemente amarillas, para las abejas pueden lucir blancas con flechas rojas que apuntan hacia el centro de la flor donde está el dulce néctar. Este mundo ultravioleta fue descubierto hace poco usando cámaras de fotografía UV, permitiéndonos explorar la naturaleza desde la perspectiva de las abejas.
El mundo está repleto de una infinidad de colores que estamos recién empezando a conocer. Existe un arcoíris de bioluminiscencia en los ecosistemas más oscuros de nuestro planeta: el fondo marino. La comunicación entre especies en el mundo abisal se da por medio de luces de colores. Una medusa que está siendo atacada por un pez grande va a empezar a emitir luces de un azul índigo para intentar atraer un pez aún más grande que a su vez ataque a su agresor y le permita escapar. Las noctilucas o plancton bioluminiscente que vemos brillar en las noches de verano cuando revientan las olas en la orilla están comunicando disturbios. O las luciérnagas, con su luz amarilla que emiten para su pareja y para indicar a sus depredadores que ellas no tienen buen sabor.
El lenguaje del color va más allá de nuestros sentidos, gracias a la tecnología podemos accederlo, pero no debemos dejar de preguntarnos ¿cómo usamos este lenguaje en nuestro día a día?, ¿qué buscamos comunicar con los colores que usamos? Y sobre todo ¿qué secretos nos está revelando el mundo natural que nos rodea con los colores que nos muestra a través de todos sus seres vivos? (O)