Ante el terror de verse contagiados por el virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19, en busca de medidas extremas de seguridad sanitaria, han implementado con la intención de eliminar el virus, una serie de planes; se quisiera saber sus sustentos científicos y estudios de eficacia contra este. Ni qué decir en relación con la toxicidad en las personas, por las sustancias utilizadas.
He buscado evidencias de estudios clínicos que demuestren la eficacia de ‘fumigar vehículos’ o someter a personas a ‘fumigaciones’, sin encontrar publicación alguna de valor científico; solo existen a nivel comercial. Pero sí hay evidencia de la toxicidad del “amonio cuaternario” y del dióxido de cloro”, dos de las sustancias más utilizadas en nuestro país; sin embargo, con mucha preocupación veo cómo en el Ecuador invierten esfuerzos fumigando cuanto vehículo transita, me pregunto ¿dónde se evidencia que los vehículos transmiten el coronavirus?, ¿acaso se equivocó el objetivo?, que es sanitizar (no fumigar) los interiores. En comercios y empresas implementan túneles que usan las mencionadas sustancias impregnándolas en ropa, cabello y piel de las personas. ¿Existe adecuada asesoría médica en cada ciudad, empresa, al respecto? En un boletín de la Secretaría de Salud Mexicana se indica: “(...) hasta la fecha no existe evidencia sobre la eficacia de estos sistemas para realizar una desinfección efectiva del virus SARS-CoV-2 causante de COVID-19. La concentración del desinfectante podría ser insuficiente para inactivar al virus, y el aerosol generado puede facilitar la diseminación del virus que pudiera estar presente en la ropa, cabello o pertenencias de las personas que pasan por el túnel, aumentando el riesgo de dispersión del virus. La inhalación de sustancias desinfectantes puede causar, entre otras cosas, daños a las vías respiratorias, tos, estornudos e irritación de los bronquios, desencadenar ataques de asma, producir neumonitis química e irritación en piel, ojos y mucosas, sin mencionar la toxicidad por absorción a través de la piel de las sustancias utilizadas”. No recomendando su uso hasta que sean evaluados científicamente en efectividad, así como sus riesgos y beneficios en las personas. No descuidemos medidas básicas de prevención que sí han demostrado a nivel mundial su eficacia contra el contagio, como el lavado frecuente de las manos, uso de mascarillas y mantener distancia.(O)
Víctor Hugo Villao Reyes, doctor, magíster en Gerencia en Servicios de Salud, avenida Samborondón