Muchos virus ocasionan daño a temperaturas frías. Permítanme fundamentarme en la botánica o fitología, rama de la biología que estudia las plantas que también curan y son remedios alternativos milenarios y en verdad son secretos de la naturaleza.
El eucalyptus globulus es una planta originaria de Australia, sus hojas contienen el aceite esencial cineol y taninos, remedios naturales usados en las enfermedades del aparato respiratorio. Tiene acción expectorante. Usada para catarros, tiene efecto vasodilatador, antimicrobiano, analgésico, antifatiga, antioxidante diurético, antirreumático, antiviral, descongestivo fluidificante antinflamatorio. Con esta planta se realiza inhalación por resfríos, catarros, es un antiviral. Se hierve un 1 litro de agua, más 25 gramos (o 30 gramos) de hojas de eucalipto, y si dispone ponga 10 gotas de aceite esencial de eucalipto. La inhalación es dos veces al día, durante tres días. Y por fiebre bronquitis, se hierve 1 litro de agua más 20 gramos de hojas de eucalipto y más 5 gramos de canela durante 3 minutos, se deja enfriar, se filtra y se pone 1 cucharada de miel de abeja en una tasita, dos veces al día.
El COVID-19 como todo virus que afecta el aparato respiratorio, requiere de temperaturas bajas. Con las inhalaciones a temperatura de valor de agua hirviendo no se reproduce, se altera la codificación viral de sus proteínas que forman la cápside, alterándose su replicación.
Según las estadísticas, en Wuhan, China, el coronavirus afectó más a organismos cuya sangre es tipo A, pues en la membrana del glóbulo rojo tiene aminoácidos que forman proteínas que se les ha asignado con la letra A; es posible que los aminoácidos de la cápside viral COVID-19, sean afines a los aminoácidos del tipo de sangre A. En cambio, el grupo sanguíneo O, o cero, no tiene aminoácidos que forman proteínas en su membrana.
Estoy convencido de que la vacuna para el COVID-19 se obtendrá pronto, pues los investigadores de China siempre son premios nobel de medicina por ser brillantes en las ciencias. (O)
Carlos E. Orozco Villa,
doctor, Guayaquil