No deja de sorprender el nivel de audacia de ‘mandatarios’, uno que fue –el de las camisas folclóricas– y que no quiere dejar de serlo y patalea, conspira y planifica, pero al parecer solo tiene reveses. Y, por otro lado, el de los gorros y pinturas ancestrales, uno que secuestró a periodistas, policías; lideró a un grupo de vándalos para caotizar y destruir bienes públicos y privados, y que se considera el segundo mandatario, exige visa para transitar por el país, especialmente en sectores que considera ancestrales, donde la única ley que prevalece es la de él y su grupo.

El uno, no sabe ya qué estrategia usar y aplicar por parte de su defensa para no ser enjuiciado por delito de cohecho, y al otro, no lo sindican por actos terroristas; lo cual me pone a pensar que gozan de fuero y licencia para delinquir. Se molestan porque se quiere hacer justicia. Se consideran ‘mandatarios’ intocables. Tanto así que pretenden ir a otros países a trastocar la paz interna y les molesta cuando se los pone en su lugar y terminan siendo expulsados al creerse la divina pomada. En muchos casos el poder corrompe, el ego se apodera de mentes y corazones; pretenden abusar de este y hacer tabla rasa de las leyes y normas siempre que estas se opongan a sus protervos fines, para dizque salvar al pueblo de las inequidades y desigualdades que malos administradores no supieron o no quisieron resolver. Claro, ellos sí resolvieron este tipo de problemas en sus círculos de amigos y principalmente en sus propios beneficios. Para el pueblo del que tanto alardean que defienden y a quienes se deben dieron las migajas de su codicia. El ego no puede comprender nada porque solo ve su punto de vista. ¡Y por eso vive frustrado!(O)

Martín Enrique Úraga Icaza,

avenida Samborondón