Quiero felicitar la iniciativa del grupo que ha solicitado el cambio del nombre del malecón Simón Bolívar por el de José Joaquín de Olmedo, ¡por fin se hará justicia en Guayaquil! Bolívar llegó a Guayaquil en julio de 1822, dos años después de que la ciudad se independizara, y dos meses después de la Batalla del Pichincha se reunió con José de San Martín y luego anexó la provincia de Guayaquil, a la brava, a la Gran Colombia. Su papel en nuestra independencia fue triste y negativo. Ana Garaycoa Llaguno, guayaquileña, esposa del prócer independentista José de Villamil, confeccionó la bandera celeste y blanco que desde hace doscientos años nos cobija y que mil guayaquileños llevaron a las faldas del Pichincha para liberar a Quito. Esta ilustre dama merece ser considerada por la comisión de erección de monumentos y por la Municipalidad de Guayaquil para que reciba el reconocimiento que la ciudad le debe, aunque este le llegue con dos siglos de atraso.

¡La justicia tarda pero llega!(O)

Héctor Hugo Cortez Haddad,

ingeniero agrónomo, Guayaquil