¡Libertad! Palabra de muy extenso significado y más aún, diría yo, es un sentimiento que encierra múltiples y complejos estados y sensaciones, entre ellos la imagen o la felicidad.
Cada uno tiene su forma de interpretarla, vivirla o sentirla, pero ¿hay alguna forma sensata y real de enseñar a buscarla y lograrla? En nuestra sociedad continúa la pobreza, la dependencia y el paternalismo, pues parecería que a ciertos políticos les conviene más convencer a la gente que voten por ellos, que educar y que crean en su capacidad. Y es que la pugna por espacios de poder es el más alto anhelo de megalómanos; es así como convierten su espacio, en su momento de servirse e intentar comprar con dinero algo que de otra manera nunca alcanzarán: honor y autoridad. Las sociedades se sostienen en donde nacen, que es la familia y su aporte a la comunidad: decencia y valores aprendidos en casa. Es bueno invertir en las obras, pero es mejor invertir en las personas para ayudarlas a que logren valores. A las ciudades y los países los hacen su gente, la cual es su más grande riqueza y patrimonio; lo que su gente aprende, lo que hace, lo que siente, pues su riqueza y valor no está en lo que exhiben, venden u ofrecen, sino en su espíritu abnegado de la lucha, de superación día a día, arriesgándose al límite en busca de eso, ¡de libertad!(O)
Luis Esteban De Guzmán Ollague,
Guayaquil









