La alta comisionada de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, está de visita en Venezuela para conocer personalmente la profundidad de la crisis que atraviesa el país.

No cabe duda de que, tal y como lo señala el informe presentado por la oficina que ella representa en junio del año pasado (2018), logrará constatar que las violaciones a los derechos humanos en Venezuela se presentan como “una espiral descendente que no parece tener fin” y que se agudizan con el paso del tiempo.

El indicador mundial más visible de la crisis interna es la ola migratoria, que suma otros 500.000 venezolanos, tan solo en los últimos 3 meses de 2019 (marzo, abril y mayo), para alcanzar la cifra de 3,9 millones entre migrantes y refugiados venezolanos, según la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Sin embargo, la crisis interna es aún mucho más profunda de lo que puede verse externamente. Los sectores más vulnerables de la sociedad: niños, niñas, adolescentes, personas de la tercera edad, personas que padecen enfermedades crónicas y personas en condición de pobreza pagan la principal cuota. Esto teniendo en cuenta que según la encuesta Encovi, realizada por tres universidades venezolanas, el 94% de los venezolanos se encontraba en condición de pobreza para el año 2018.

Cáritas Venezuela registró en un estudio, también realizado el año 2018, que 65% de “los niños evaluados tenían ya algún grado de desnutrición o estaban en riesgo de tenerla”.

El Observatorio Venezolano de la Violencia afirma que el número de suicidios se ha cuadruplicado en los últimos años. Las tres principales causas: 1. la depresión, como consecuencia de la crisis económica y social, reforzada por la escasez de psicofármacos para el tratamiento del trastorno del estado de ánimo; 2. la pérdida de empleo, y 3. la escasez de medicinas para el tratamiento de enfermedades crónicas como cáncer y VIH/Sida lleva a las personas que padecen estas enfermedades al suicidio, para evitar convertirse en una carga para sus familiares.

Los indicadores del colapso del sistema educativo y de salud son sencillamente alarmantes. El número de niños que dejaron de asistir a la escuela supera el millón, entre las principales razones que explican la deserción se encuentra la desnutrición, consecuencia de la pobreza y la ausencia de programas de alimentación en las escuelas.

Pero las violaciones de los derechos humanos en Venezuela no solo son consecuencia del colapso de la economía, de los servicios públicos o de las instituciones del Estado, y por tanto consecuencias indirectas de las acciones del gobierno de Nicolás Maduro. De hecho, las violaciones más atroces de los derechos humanos provienen de decisiones directas de los niveles más altos de gobierno. Ejecuciones extrajudiciales de los escuadrones de muerte y exterminio de la Policía. Torturas y tratos inhumanos. Represión y criminalización de las protestas. Restricciones a la libertad de expresión y prensa. Persecución política. Manipulación y control político a través de la distribución de bolsas de comida y bienes necesarios para la supervivencia.

Pero la alta comisionada de la ONU debe entender que en la mayoría de estas violaciones directas de los derechos humanos actúan de manera coordinada y sistemática en conjunto el gobierno de Nicolás Maduro junto con instituciones del Estado, el partido de gobierno y organizaciones criminales. Así, la fuerza armada (Guardia Nacional Bolivariana), policías (Policía Nacional Bolivariana), grupos armados irregulares (Colectivos), el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y poderes públicos (específicamente la fiscalía y poder judicial) construyen una verdadera espiral de violencia institucional que tiene como objetivo cercenar los derechos humanos desde distintos espacios. (O)

La alta comisionada de la ONU debe entender que en la mayoría de las violaciones directas de los derechos humanos actúan de manera coordinada y sistemática en conjunto el gobierno de Nicolás Maduro junto con instituciones del Estado, el partido de gobierno y organizaciones criminales.