La preocupación del exdirigente del turismo peninsular sobre la mala condición de la carretera Guayaquil-Santa Elena es extemporánea porque su participación ha sido incipiente en los últimos años. A las pruebas me remito, dicen los abogados. Se sorprende de los inconvenientes entre la ciudadanía y Verdú S.A., empresa contratista. ¿Acaso no se ha enterado de la excesiva tarifa que pretenden cobrar? Le comento que el peaje es necesario, pero no a ese costo.

Se alarma por mi pedido al presidente en este caso y me acusa de terrorista. Cosa más absurda. Da la impresión de que su admiración por los contratistas cuestionados supera la realidad que padecen los peninsulares por falta de empleo. Se burla de que 11 personas formen “una manifestación popular” cuando esa aseveración es falsa. Es una pena que alguien que se ufane de representar al sector turístico, cuando en realidad pertenece al sector hotelero pero con una participación mínima e intrascendente. La lucha porque dicha tarifa sea reajustada a la realidad peninsular seguirá y nadie nos detendrá.(O)

Enrique Rosales Ortega,

Santa Elena