En el Ecuador los pavimentos por lo general son de asfalto, excepto en Guayaquil donde las principales calles son de concreto de cemento hidráulico; el malecón Simón Bolívar fue pavimentado con losas de concreto a mediados del siglo XX. Ahora Guayaquil es la ciudad con más avenidas y autopistas de concreto del Ecuador que mueven un tráfico impresionante. En los cerros de Mapasingue hay calles de concreto.
Sin embargo, en el país existe una fuerte tradición asfaltera, quizás porque el asfalto es relativamente barato aunque a la larga es caro por su mantenimiento. En cambio, un pavimento de concreto bien hecho puede durar de 40 a 50 años, y a diferencia del asfalto que termoenvejece y se destruye con la humedad, las lluvias generan en el concreto nuevos procesos de hidratación que aumentan su resistencia siempre que se humedezca. Prefiero los pavimentos de concreto no tanto porque trabajé en una de las cementeras más grandes del mundo, sino por mi trabajo en proyectos donde el control de calidad ha estado por encima de cualquier circunstancia; así en la Base de Manta, se trajo asfalto desde Talara, Perú, porque el de la refinería de Esmeraldas fue rechazado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos; cuando estuve en Corpecuador un consultor cubano nos dijo que no era recomendable el asfalto de la refinería de Esmeraldas; en la ampliación del Puente de la Unidad Nacional se trajo asfalto desde Perú por las mismas razones. ¿Con la “repotenciación” de la refinería de Esmeraldas habrá mejorado la calidad del asfalto?
El Municipio de Guayaquil ha cuestionado la calidad del asfalto por el deterioro de las calles. No es casualidad que los carriles de la Metrovía sean de concreto, mientras que los corredores viales de los buses urbanos son de asfalto y se están haciendo pedazos. El asfalto no es amigable con el medio ambiente, es un condensador de calor que puede alcanzar hasta 30°C sobre la temperatura del aire. El municipio cometió la barbaridad de echar asfalto sobre una avenida de concreto para mejorar su aspecto. Es tiempo de hacer las cosas de manera diferente.(O)

Carlos Luis Hernández Bravo,
ingeniero civil, avenida Samborondón