Por nuestra parte no disimulamos nuestras dudas ni nuestra falta de fe, mientras el Estado no implemente una profunda reforma penitenciaria que rehabilite y erradique el consumo de drogas y el alcohol, los focos de muchos vicios, y que los reclusos vivan en completo hacinamiento, malas condiciones higiénicas y promiscuidad; es decir, son aniquilados física y moralmente.

La obligación del trabajo, que es una de las bases en que se debe apoyar la rehabilitación penitenciaria en nuestro país, es una utopía. Incrementar los recursos económicos a la Función Judicial permitirá contar con un suficiente número de magistrados, especialmente en las grandes ciudades, evitando la acumulación de procesos no despachados en su oportunidad.

Nuestro sistema penitenciario está en crisis porque ha vivido de espaldas a la realidad y no se ha dado el tratamiento prioritario que se merece; en definitiva, ha sido intocado. Los resultados son palpables: constantes riñas de presos, homicidios en las cárceles, conforme han reportado los diarios. Y la posibilidad de la extorsión a cambio de la “protección”, no es la excepción. El fraile español Mendoza en el siglo XIV calificó a las cárceles chinas de malas y horribles. No hay mucha diferencia con las del Ecuador y nadie se atreve a negar su calamitoso fracaso y las penas mayoritariamente aplicadas a miembros de grupos sociales marginados; la pena es únicamente para los pobres.(0)

Álex León Ramírez,

abogado, Guayaquil

 

 

Primero se debe hacer una requisa y un inventario efectuado con personal idóneo en todas las cárceles y cambiar a los encargados del control de ingreso a dichos centros carcelarios, ya que es totalmente sospechoso lo que viene sucediendo. Es necesario determinar responsables en estos hechos, porque no es posible que ingresen armas sin que se den cuenta quienes revisan a las personas que van de visita. Los directores de estos centros tienen que hacerse responsables de estas anomalías, ya que su personal tiene que ser bien escogido, realizar a cabalidad su trabajo para evitar ingreso de armas, drogas..., y evitar que los presos se droguen o que ocurran muertes dentro de estos establecimientos que al parecer no rehabilitan. Implantar nuevos requisitos para los guardianes de las cárceles, y escuelas de capacitación y nuevos métodos para que los reos puedan lograr verdadero cambio y reintegrarse a la sociedad. El Gobierno tiene la palabra.(O)

José Ernesto Ortoneda,

Bahía de Caráquez, Manabí

 

 

Poner autoridades honestas que elaboren, administren, controlen, la justicia.(O)

Gabriel Antonio Llerena,

Riobamba, Chimborazo