Dos muertos por disparos se han registrado dentro de cárceles de máxima seguridad este año. El exsubsecretario de Rehabilitación Ricardo Camacho, a quien le fue solicitada su renuncia el miércoles, luego de haber dado declaraciones en medios televisivos, ha señalado que para ingresar un arma de fuego a las cárceles debe existir la complicidad de policías, guías penitenciarios y funcionarios que ahí laboran.
El martes, en la cárcel de Latacunga, con varios impactos de bala en la cabeza murió Francisco Coello, un expolicía de 36 años que estaba en el pabellón de mediana seguridad por tráfico de sustancias. Un crimen similar ocurrió el 11 de enero en el Centro de Privación de Libertad Zonal 8, situado en Guayaquil. Ahí, Tonny Valencia recibió cuatro tiros en la cabeza.
El exfuncionario indicó que en los próximos días denunciará cómo ingresan equipos e instrumentos por la puerta grande a la principal cárcel de máxima seguridad ubicada en Guayaquil. Es importante que se le brinde seguridad para que pueda presentar la denuncia y se proceda con las investigaciones, si lo que se busca es parar que, desde la cárcel, líderes de organizaciones criminales sigan coordinando acciones delictivas. (O)









