Bienvenida la lluvia. ¡Verdad! La necesitábamos y con urgencia, era ya una ola de calor insoportable y hasta perjudicial para nuestra salud. Bienvenida sea, pero la realidad es triste, al vernos, en cambio, con el agua empozada alrededor de algunas viviendas de nuestra querida ciudadela La Milina, en Salinas, pues las lluvias marcan la huella de la desatención a la que nos vemos sometidos sus moradores por parte de los personeros municipales. Pozos que se rebosan, aguas estancadas que con el pasar de los días se abomban, trayendo olores nauseabundos a nuestros hogares, con los que nos toca convivir a diario.
Ojalá y ahora precisamente en circunstancias como estas nos visitarán los políticos e innumerables candidatos a la alcaldía para que palpen en carne propia nuestra realidad, se bajen de sus autos y sientan lo que es vivir en un lodo resbaloso y peligroso, porque no todos los habitantes de la ciudadela tienen la suerte de manejar su propio vehículo para movilizarse, muchos deben hacerlo batiendo lodo para trasladarse a los distintos sitios de estudio o de trabajo.
Sería bueno compartir con ellos, los candidatos y personeros municipales, las experiencias que acá las tenemos con las lluvias de cada temporada invernal. Que se acerquen a solicitar una ayudita con nuestros votos, así mismo como lo hacemos nosotros permanentemente, clamando ayuda para nuestro sector desde hace mucho tiempo y no somos atendidos. ¡Ya es hora, por favor! (O)
Beatriz Celi Apolo,
Salinas, Santa Elena








