Quino tiene una famosa frase de su tira cómica Mafalda que dice: “Se habla mucho de depositar confianza, pero nadie dice qué interés te pagan”. Para los fanáticos de Mafalda, es Manolito quien tiene esta duda genial. A propósito del ranking de Forbes publicado recientemente que determina cuáles son los destinos predilectos para hacer negocios, Chile es sin duda el país de Sudamérica para depositar confianza.
Dicho de otra forma, si se tratara de un examen escolar en la disciplina “Negocios”, Chile obtuvo la más alta calificación de la región (puesto 33), según la revista Forbes, que circula esta publicación anualmente analizando más de 160 países. Para elaborar el ranking la revista evalúa 15 parámetros que incluyen derechos de propiedad, innovación, fiscalidad, tecnología, corrupción, libertad personal, de comercio y monetaria, protección a los inversionistas, mercado laboral, infraestructuras, tamaño del mercado, calidad de vida y riesgo.
Entre otros aspectos, Forbes destaca que Chile es un país con instituciones financieras sólidas, así como una política económica consistente. Además, tiene una política exterior abierta haciendo que los bienes y servicios de Chile representen aproximadamente un tercio del PIB y los productos básicos el 60% del total de las exportaciones.
Al analizar este ranking es inevitable comparar la posición de Chile frente a la de Ecuador, que ocupa el puesto 99 en este mismo “examen”. Reprobamos. Y si leemos entre líneas el significado de esta posición en el ranking, se puede concluir que la confianza que tiene el inversionista para hacer negocios en un país como Ecuador es casi nula.
Uno de los ámbitos que más confianza genera entre los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, es la protección del derecho a la propiedad y la libertad de comercio. Si en lugar de vulnerar la propiedad privada, esta fuera protegida y garantizada, y si en lugar de proteger a ciertos grupos a expensas de otros, se permitiera comerciar libremente, el inversionista tendría la seguridad de que recibirá los resultados de su esfuerzo y del riesgo que tome. Chile parece tener claro que donde hay más inversión hay mayor crecimiento económico porque ella engruesa las cifras de empleo e incrementa la riqueza del país.
En Ecuador, con una política cambiaria fuera del alcance del gobierno y con una moneda fuerte y confiable, debimos ser en todos nuestros años dolarizados muy atractivos para el inversionista. Logramos lo opuesto: los ahuyentamos con políticas intervencionistas y proteccionistas, ganando desconfianza. La inversión se desvió y optó por países que hoy Forbes posiciona mejor.
Chile es un referente para la región no solo por sus cifras macroeconómicas admirables (PIB de $277.000 millones, crecimiento del 3,5%; PIB per cápita de $15.300; relación entre deuda pública y PIB del 24%) sino por una política de Estado que se puso en marcha en 1975 con el Plan de Recuperación Económica. Saben los chilenos que se perdería mucho si se pone en juego lo logrado.
Respondiendo a la duda de Manolito, Chile parece ser el lugar indicado para depositar confianza para hacer negocios… y paga altos intereses. En “Negocios” se graduó con honores. (O)