Para nadie es un secreto que los jóvenes, adultos y niños de nuestra ciudad y casi todo el país son víctimas del microtráfico de droga, venta de drogas a la carta, de bajo precio en cualquier sector y hora.

Lo que no hay que olvidar es la puesta en funcionamiento de la tabla de consumo aprobada en el gobierno de Correa, que contenía sustancias de mínima a gran escala de heroína, cocaína y marihuana; esto fomentó más el consumo sin reparo en áreas públicas y el resultado es desastroso, penoso y peligroso. En toda la ciudad se ve a drogadictos inconscientes o dormidos luego de consumir, inhalar o inyectarse. Es necesario un plan preventivo que aleje a niños, adolescentes y jóvenes de la posibilidad de convertirse en consumidores y distribuidores; y anular la tabla que ha permitido que haya más de 51.000 atenciones en el centro de neurociencias en Guayaquil, entre el 2010 y 2017, de muchachos entre 10 y 19 años. No se requiere de infraestructuras onerosas, será una inversión directa en la población ecuatoriana y su futuro, con el lema “salvemos a la juventud”.(O)

Robespierre Rivas Ronquillo, licenciado en Comunicación, Guayaquil