La situación de Nicaragua no hace más que empeorar cada día.

Desde que se iniciara el conflicto en abril van más de 400 muertos y son numerosos los heridos en las represalias organizadas por grupos armados afines al régimen. La represión en las calles continúa, el presidente Ortega sigue enrocado, parece dispuesto a seguir al precio que sea, y no hay perspectiva de elecciones en el horizonte, que tal como están las cosas abrirían una pequeña puerta a la esperanza para comenzar a afrontar el reto de la democratización.(O)

Jesús Domingo Martínez M., Girona, España