El motor más importante de la vida de una persona es el amor de su familia.

Los valores y principios heredados por una buena madre y un buen padre van de la mano con acciones positivas hacia la sociedad.

Solemos cometer errores constantemente, pero lo importante es que la familia debe permanecer unida, ya que con su apoyo se puede superar cualquier obstáculo y podemos proponernos nuevas metas.

Con la familia tenemos salud mental, espiritual y también física, si tenemos una buena disciplina.

Lamentablemente cuando estoy frente a un salón de clases puedo percatarme fácilmente sobre las consecuencias de un estudiante que tiene problemas en su familia, y puedo ver la seguridad y armonía de quienes reciben amor diariamente en sus hogares.

Guayaquil debería tener instituciones que ayuden a las familias disfuncionales con charlas y seguimientos, y que sea tan común para una persona recurrir a estas charlas como si estuviese asistiendo al dentista.

Necesitamos una dosis adicional de comunicación, de amor y de atención para que nuestra ciudad deje de ser tan ruidosa como lo es ahora.(O)

Cristian R. Sáenz De Viteri Anzules, ingeniero, Guayaquil