La piel es el órgano más grande y uno de los más complejos del cuerpo humano, abarca una extensión aproximada de dos metros cuadrados con un peso cerca de 3 a 4 kg. Es la capa o manto que recubre en toda su superficie al organismo, aislándolo y a la vez protegiéndolo de las agresiones del medio exterior.

Las enfermedades de la piel se conocen técnicamente con el nombre de dermatosis y dermatitis. Existen sinnúmero de alteraciones de la piel, representan una reacción frente a la agresión procedente del exterior o del interior del cuerpo. La dermatitis por contacto es un típico ejemplo de alteración cutánea provocada por agentes del exterior; las infecciones por hongos provienen también de afuera. A diferencia de las inflamaciones, erupciones, pústulas de la piel, manchas y llagas suelen ser el resultado del fuego interior del cuerpo. No se debe confundir lo expuesto con las manchas y llagas que dejan las dolencias de las várices por las válvulas dañadas y úlceras varicosas que producen cambios de color en la piel. Lo pertinente para esclarecer estas patologías es visitar a los especialistas en esta materia, ellos son los que pueden determinar en el paciente el diagnóstico correspondiente, no recurrir a la automedicación se corre el riesgo de agravar el cuadro. Como alternativas para el tratamiento general de la piel, se recomienda una alimentación sana lactovegetariana, alternando el régimen con el crudívoro y las curas de frutas; los alimentos deben ser ricos en vitaminas y exentos de grasa y condimentos fuertes, se debe reducir en gran medida la sal y las albúminas que se encuentran en los huevos. Se sugiere la hidroterapia, los baños en agua de mar y de sol sin exageración. Evitar el sedentarismo, la humedad, los estados nerviosos, conservar y promover la higiene. La mejor forma para cuidar la piel es el uso frecuente de jabón y agua. Algunas plantas contribuyen también en la curación de las infecciones de la piel, por su efecto purificador de la sangre como son: diente de león, dulcamara, llantén, salvia, ortiga, ajo, zarzaparrilla, etcétera; el jugo fresco de pepino, de melón y de cebolla contribuyen a embellecer este órgano.

La piel no se nutre desde fuera con cremas, lociones ni alimentos cutáneos, su alimentación básica es la que llega por medio de la sangre que es rica en glóbulos rojos y en hemoglobina. No se desmerece ni se contradice el uso de los cosméticos, pero insisto el mejor cosmético y el más potente es sin lugar a dudas la buena salud.(O)

José Castillo Celi,
médico naturista y psicólogo, Guayaquil