En Cuaresma y estando a pocos días de la Semana Santa, traigo el pasaje bíblico sobre el profeta Moisés, quien luego de recibir el decálogo de Dios y al bajar del monte Sinaí encuentra a su pueblo, que en provecho de un culto idolátrico se había despojado de sus alhajas para confeccionar un becerro de oro; por lo que entre las algarabías y los placeres, veneraba a la efigie.

Ahora, y quienes nos gobernaron en la “década ganada”, el rito no fue religioso sino suntuoso, al ver que ciertos sinvergüenzas cegados por el oro del becerro y en provecho propio, desfalcaron el patrimonio público que es de todos nosotros, consumándose el atraco más grande de la historia republicana del Ecuador; esto es entre el feriado bancario (año 1999) que sumó 8 mil millones de dólares, al feriado “revolucionario” cuyo perjuicio ascendería a la bicoca cifra de 70 mil millones de dólares, que de confirmárselo sería 9 nueve veces más que la era de la “partidocracia”.(O)

Víctor Miguel Orellana León,
Abogado, Guayaquil