Es costumbre perennizar en el tiempo a personas o crear íconos que representen un ideal, pero no siempre reflejan la verdad de los hechos, o son de mal gusto.
En el primer caso, del reconocimiento a personajes, muchos son impuestos por intereses políticos y por gobernantes que necesitan que los endiosen, así tenemos estatuas de sanguinarios dictadores y de ladrones de las riquezas de sus países. Me parece muy justificada la estatua que se hizo en honor al presidente Jaime Roldós Aguilera y me extraña que la hayan hecho desaparecer del sector de La Garzota.
En el segundo aspecto sobre los íconos, creo que es de mal gusto la escultura de dos manos cortadas que se estrechan, queriendo representar la hospitalidad de Guayaquil, es contraproducente.(O)
Alcides Maldonado Mata, Playa