Zenit envió, el 18 de septiembre de 2017, un despacho resumiendo una homilía del papa, en Santa Marta, en la que planteó la necesidad de orar por los gobernantes.
Reflexionó sobre la epístola en la que san Pablo aconseja a Timoteo que rece por quienes gobiernan y, además, sobre el evangelio en el que se hace referencia a un centurión, que tenía un siervo enfermo y pidió ayuda a Jesús.
Francisco predicó: Los cristianos deben rezar por los gobernantes.
Luego se preguntó: Pero, padre, ¿cómo voy a rezar por este que hace cosas tan graves? Y se contestó: Tiene más necesidades aún. Reza, haz penitencia por el gobernante.
Según san Pablo, la oración de intercesión es para todos los reyes, para todos los que están en el poder. ¿Para qué? Cuando el gobernante es libre y puede gobernar en paz, todo el pueblo se beneficia.
Advirtió Francisco que podríamos decir: No, yo no he votado por él, que haga lo suyo. Pero, añadió, nosotros no podemos dejar a los gobernantes solos, debemos acompañarlos con la oración.
En cuanto al centurión, que pidió ayuda a Jesús, explicó: Este hombre tenía conciencia de no ser el patrón de todo, no ser la última instancia. Sabía que por encima de él hay alguien quien gobierna. Aunque tenía como subalternos a los soldados, él mismo sabía que, a su vez, era también subalterno y esto lo llevaba a orar. A pedir ayuda. El gobernante que tiene esta conciencia reza.
“Si no reza, se cierra en su propia autorreferencialidad o en la de su partido, en aquel círculo del que no puede salir, es un hombre cerrado en sí mismo. Pero cuando ve los verdaderos problemas, tiene esta conciencia de “subalternidad”, que hay otro que tiene más poder que él. ¿Quién tiene más poder que un gobernante? El pueblo, que le ha dado el poder, y Dios, del que viene el poder a través del pueblo. Cuando un gobernante tiene dicha conciencia, reza”.
Vale preguntarse: ¿en nuestro país quienes gobiernan se sienten “subalternos” del pueblo y de Dios? ¿Su fortaleza la encuentran en ambos y no solamente en un pequeño grupo o en sí mismos?
Francisco aconsejó a los gobernantes: Si no puedes rezar, confróntate con tu conciencia, con los sabios de tu pueblo, pero no permanezcas solo con el pequeño grupo de tu partido.
Concluyó su exposición planteando examinarnos: Les pido un favor a cada uno de ustedes: dediquen hoy cinco minutos, no más que eso. Si es un gobernante pregúntese: ¿Yo rezo al que me ha dado el poder a través del pueblo?, y si no lo es: ¿Yo rezo por los gobernantes?
Seguramente usted recuerda que Francisco pidió que rezáramos por él el día en que fue elegido papa.
¿Considera usted que aumentarán las oraciones por los gobernantes, nacionales y locales, para que cumplan cabal y honradamente sus obligaciones, luego de las reflexiones y admoniciones de Francisco? ¿Por qué?
¿Sería tan amable en darme su opinión? (O)