En 1925, en la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, se designó como Día Internacional del Niño el 1 de junio. En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en los países miembros el Día Universal del Niño, dejando a los gobiernos la designación de la fecha. Ecuador conservó la del 1 de junio.
Desde entonces, esta fecha, que debía estar destinada a la reflexión acerca de los derechos de los niños y a la toma de decisiones para garantizar su cumplimiento, en algunos casos, derivó solo en fiestas, repartos y regalos.
La conmemoración de este día debería estar destinada al conocimiento de la realidad económica, social y cultural en la que nuestros niños crecen, porque es responsabilidad social y política ofrecerles la oportunidad de vivir a plenitud la etapa de su desarrollo integral.
Hay dos temas que son fundamentales: nutrición adecuada y educación temprana. De que todos los niños los tengan garantizados depende su futuro de adulto y el de la sociedad que integren. Hacer una evaluación de la situación para tomar medidas adecuadas sería la mejor manera de celebrar este día. (O)