Luego de 43 años de graduado de ingeniero químico en la Universidad de Guayaquil, al informarme que la misma ha recuperado la categoría B me viene a la memoria cuando allí existía el examen de ingreso.

Al estar en tercer curso ingresé a trabajar al Instituto de Investigaciones Tecnológicas de esa facultad, que cumplió 50 años sin haber patentado ni un solo invento, lo cual era mi meta de juventud.

Al leer sobre la vida del más grande investigador Thomas Alva Edison (EE.UU.), me enteré de que él de niño fue voceador de periódicos y llegó a patentar más de 1.200 inventos en unos 50 años de trabajo.

Las 72 universidades ecuatorianas juntas, algunas con más de 100 años de existencia, no han patentado ni el 5% de lo que patentó este caballero, que nunca tuvo PhD, maestría, ni título de tercer nivel.

En base a información del 2014 comprobé que el problema no era solo del Ecuador, los 700 millones de habitantes que sumamos todos los países de América Latina juntos no le igualamos en patentes de invención a un país tan pequeño como Corea del Sur, que solo tiene 50 millones de habitantes y que en territorio es más pequeño que el Ecuador.

Lo curioso es que hace solo 70 años Corea del Sur era tan atrasada como el Ecuador. Actualmente este país está al nivel de los países desarrollados.

En la oficina mundial de propiedad intelectual EE.UU. ha registrado once patentes de invención de productos derivados del banano. El Ecuador es uno de los principales exportadores de esta fruta del mundo, pero nunca ha patentado un invento relacionado con su industrialización.

¿Cuál es la solución para el desarrollo del Ecuador y América Latina, donde quizá más del 90% de exportaciones son materias primas? La respuesta es investigación tecnológica orientada a industrializar nuestras materias primas. ¿Cómo lo lograremos? Haciendo de la investigación tecnológica nuestra meta de cada día, como lo hizo Corea del Sur.

Que todos los títulos que otorgan los centros de educación del Ecuador, comenzando con el de bachiller, traigan consigo la obligatoriedad de realizar investigación. Estableciendo que para obtener un título de cuarto nivel sea requisito indispensable patentar un invento y para registrar un título de quinto nivel sea necesario patentar al menos tres. Los inventos deberían registrarse en la Oficina Mundial de Propiedad Intelectual.

Si Alva Edison registró muchos inventos sin tener título ni siquiera de tercer nivel, ¿por qué un ecuatoriano para obtener un título de cuarto nivel no podrá patentar por lo menos uno? ¿Es una meta difícil? Sí lo es, pero será alcanzable si existen deseos de superación y ganas de sacrificio y de trabajo conjunto entre universidades y empresa privada. Nuestra juventud necesita tener metas difíciles, única forma de salir adelante, si no pasarán 100 años y seguiremos viviendo de la exportación de materias primas.(O)

Kepti Tinoco Moreno,
Ingeniero químico, Guayaquil