Veo el calendario fijamente "Estamos julio," pienso en voz baja Volteo mi mirada hacia la computadora y abro mis ojos ampliamente, como si esto me ayudara a entender mejor la información que estoy leyendo, a menos de un metro de distancia, en la página web de la ATM (Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil). Parecería que fue ayer la última vez que tuve que llevar mi carro a matricular, pero ya ha pasado un año. La buena noticia es que estoy a tiempo, estoy dentro del mes que le corresponde a mi placa y, como en todo el año no recibí un correo ni correspondencia con alguna notificación de citación, seguramente no tendré que pagar mucho más que por la matrícula de este año.
Igual, hago click! en "Consultas" y me encuentro con una noticia inesperada. Tengo una citación de tránsito con fecha de diciembre 5 a las 18:17, por $123.19, por exceder el límite de velocidad en la vía Perimetral. Me quedo congelada por unos segundos, no sólo porque fue hace 7 meses y me cuesta recordar si estuve circulando por ese sector a esa hora, pero además, porque nunca recibí una notificación y encima me cobran cargos de intereses por "mora".
Continúo esforzando mi memoria, repasando eventos a los que posiblemente atendí en vísperas de Navidad, reviso mis estados de cuenta y busco mis correos de esa fecha esperando encontrar una pista. LLamo a diferentes personas quienes considero podrían ayudarme a refrescar la memoria.
–"Mmm no me acuerdo bien, Pili. En el taller de mecánica no lo dejaste porque eso fue en febrero", me responden.
Justo ahí, mi memoria se ilumina y llega una esperanza, mi primer recuerdo
"Yo no estaba en Ecuador, estuve fuera del país hasta el 8 de diciembre", digo en voz alta con algo de fecundidad, esperando que esta sea la solución a este inconveniente.
Procedo a sacarle copia a mi pasaporte y a redactar una carta, dirigida a la ATM, para solicitar la anulación de la multa. Voy junto a mi mamá a las oficinas ubicadas en el centro comercial Albanborja. El guardia de seguridad, agarrándose de las tiras superiores de su chaleco antibalas, nos dice:
–"Está cerrado."
Yo me acerco a la puerta de vidrio para leer los horarios, al tiempo que siento una sombra moviéndose a la par de mis movimientos. Es el guardia, quien ahora se apoya de la tiradera de la puerta y repite entre-dientes:
–"Ha estado cerrado por dos días porque se están cambiando de oficina," agrega.
Nos vamos. Regresamos otro día. Esta vez nos atiende un abogado, quien nos indica que no se puede proceder con la anulación de la citación porque está la foto del carro y de la placa como pruebas que ubican al carro circulando a exceso de velocidad por la vía Perimetral, el día 5 de diciembre a las 18:17.
–"Disculpe, pero es imposible, mi hija no estuvo en el país en esa fecha," le comunica mi mamá al abogado.
Quien nos indica que posiblemente alguien manejó mi carro por la ciudad, ocasionando la citación en mi contra. Digamos que le doy el beneficio de la duda al señor, que alguien manejó mi carro en mi ausencia, pero nadie cercano a mi se acuerda por el simple motivo que después de 7 meses resulta un gran desafío acordarse quien usó el carro el día 5 de diciembre a las 18:17 en la vía Perimetral.
Aplaudo al progreso que ha tenido el sistema de matriculación, y como tal esperaría que todo lo que comprende dicho proceso también progrese. Si hay una citación con o sin foto, debe ser notificada con anticipación al usuario para que con tiempo pueda realizar las acciones respectivas y evitarse, incluso, pagar mora encima de la citación. Por lo pronto, estamos en una situación de desventaja.










