Hace tanto tiempo que el maltrato es el pan nuestro de cada día que se vuelve natural escuchar de las autoridades explicaciones absurdas a los mismos problemas con soluciones aún más ilógicas. Y pocos protestan.
Dando muy poca y mala información obtenida de un informe de Contraloría, autoridades gubernamentales dicen que hay robos inauditos de parte de las clínicas y médicos que sirven al IESS como prestadores externos. Cuáles, dónde, cuándo, cuántas veces, en qué circunstancias, analizados por qué auditores internos de clínicas, seguro social, y externos del IESS, con las complicidades de quiénes y miles de detalles más son obviados. Se exclama dando la impresión de que es la mayoría la que hace trampa, la que cobra de más. La ciudadanía oye un par de frases de quien mal explicó con total desprecio por la pésima imagen que otra vez proyecta sobre el sistema médico y se queda con la impresión de que el atraco que los médicos y clínicas causan es general, todos son corruptos. Se dice que es un problema de moral y valores, pero información concreta, referencia a documentos e informes no hay, un par de ejemplos y ya está. Ante 36 clínicas que en casi 3 años supuestamente robaron 500 millones de dólares, la solución que propone el presidente es construir nuevos hospitales del IESS y MSP, como que el problema de gestión y auditoría se corrigiera con cemento de los costosos, en tiempo y recursos económicos, nuevos hospitales.
Atiendo a pocos pacientes del sistema del IESS porque mis subespecialidades son casi inexistentes en el país. En las 3 unidades clínicas al terminar las hospitalizaciones debo dejar facturas bajo la guía de un departamento que a su vez enviará al equipo de auditoría de su hospital y luego pasará al IESS que también tiene extensos departamentos de facturación y auditoría. Pasarán meses y años antes de que retorne al médico parte de lo que facturó. Sí, parte porque si alguien en el proceso decide que el código inicial no es el apropiado o ha cambiado, sin más disminuye el pago. Un pago basado en tarifas mucho menores que las del sistema privado. Así es como los médicos damos facturas por las que a su vez pagamos impuestos aunque pasen años para recibir los correspondientes pagos reducidos. Por eso admira sobremanera cómo es que hay clínicas que logran obviar todos estos engorrosos procesos por años sin que se hayan dado cuenta hasta ahora, proponiendo en los últimos meses del decenio que gobernaron corregir los errores de gestión con originalidad única: nuevos edificios.
Parece una mala broma, tantos años de gobernar terminan en generalizar las trampas corruptas de unos pocos para lucrar política y/o económicamente de ofertas completamente inservibles y absurdas. Fantástico hubiera sido mostrar los casos de robo que fueron procesados en poco tiempo y corregidos con devolución de lo robado y sanción judicial. O las herramientas de gestión hospitalaria, de administración y auditoría que lograron disminuir el tiempo, trámites y costos para que más profesionales y clínicas presten servicios médicos sofisticados de alta especialidad obteniendo más médicos entusiasmados por ofertar sus servicios. O que se expusieran los ahorros que un buen sistema de referencia y contrarreferencia logró pero, sobre todo, los miles de usuarios satisfechos por ver que su sistema de seguridad social es cada día más eficiente y eficaz en solucionar sus problemas, no en crear ilusiones de cemento. (O)









