En días pasados, fui con mi familia al concierto de Miguel Bosé, me gusta su música sobre todo la antigua, pensamos que sería un espectáculo que valdría la pena, poder escuchar sus canciones más conocidas y verlo en el escenario. Entró vestido de blanco y comenzó a cantar canciones nuevas, de las viejas muy pocas. Cuando comenzó a cantar Sevilla, se observaron en el escenario imágenes de Jesús crucificado, de la Virgen María y una imagen muy grande en que la cara de la Virgen había sido reemplazada por la cara del artista. No sé si mucha gente no se dio cuenta o qué es lo que pasó, pero nadie reaccionó ante tremenda falta de respeto, hasta aplaudieron. Yo como católica me sentí insultada y hasta ese momento llegó el show para mí. Al día siguiente esperaba ver en los diarios un comentario acerca de esta ofensa y nada, en la televisión ni una palabra; al contrario, decían que el show había sido un éxito; hasta con almuerzos fue recibido este señor. Qué terrible me parece la actitud tan tibia de todos, somos o no somos, pero no hay puntos medios. Cuando llegó el papa no hace mucho, todos a las calles a recibirlo, rezar, alegría; todos éramos los católicos más fervientes del mundo... y cuando llega un cantante y ofende a nuestra Madre, todos callados. ¡Nadie comenta nada! (O)

Miriam Velasco Plaza, Samborondón