EL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS autorizó a una compañía de Alabama para que construyera tractores en Cuba, lo que la convertirá en la primera fábrica estadounidense en la isla, desde 1959.

Los dueños de la compañía, uno de los cuales es nacido en Cuba, esperan invertir entre 5 y 10 millones de dólares en el puerto de Mariel, al oeste de La Habana, para construir tractores pequeños y venderlos a los agricultores y constructores privados de la isla.

Los tractores fueron diseñados para responder a las necesidades de los pequeños agricultores cubanos. Serán de bajo costo, fáciles de reparar y con nueva tecnología, además, pueden ser convertidos en excavadoras o retroexcavadoras.

En enero, Estados Unidos aprobó ciertas actividades comerciales en Cuba y, aunque la mayor parte del comercio sigue restringido por el embargo económico, la instalación de esta fábrica abre la posibilidad de crear fuentes de trabajo, de utilizar última tecnología en la producción cubana y, sobre todo, es un paso adelante hacia la total normalización de las relaciones entre los pueblos, más allá de la ideología de sus gobiernos. (O)