En el año 2000 la regeneración municipal en Guayaquil nos volvió a acercar al río Guayas, gracias a la construcción del Malecón Simón Bolívar, el cual durante décadas estuvo abandonado por autoridades.

Se ha invertido mucho dinero y esfuerzo en trabajar por el turismo en Guayaquil, siendo el malecón y el cerro Santa Ana los sitios más visitados por turistas, quienes admiran la belleza de la joya de Guayaquil que es el río Guayas. La vista del río desde el faro, en lo más alto del cerro, es una de las más hermosas. Ver el manso río Guayas, el malecón y los árboles, nos dice la suerte que hemos tenido de nacer en esta ciudad rodeada de una naturaleza hermosa. Pero ahora van a licitar la construcción de la aerovía que comunicará el cantón Durán y La Puntilla con el Malecón Simón Bolívar de Guayaquil. Esta obra le “clavaría” al río altas torres de acero con bases de hormigón, kilómetros de cables de acero serán colocados para que los vagones cuelguen y transporten a las personas sobre el río. Las torres con sus kilómetros de cables van a causar impacto visual al entorno natural, dañando lo que la naturaleza ha creado para que sea disfrutada. Antes de seguir con el proyecto deberían exigir una simulación objetiva y real, desde otros puntos de vista, como sería si es que ustedes estuvieran en el río desde puerto Santa Ana, y desde el faro en lo alto del cerro; para que se den cuenta del daño que se puede hacer al entorno. Invito a que suban hasta el faro del cerro Santa Ana, lleven a sus hijos y enséñenles lo hermoso que es nuestro río, tómense fotos con el fondo del Guayas, de Durán y la isla Santay; porque en menos de dos años cuando vuelvan a querer fotografiarse, saldrán de fondo las altas torres de acero, los cables y los vagones. Realicen más estudios ambientales sobre esto. Por el río Guayas miles de aves vuelan, las torres y los cables podrían ser trampas en las noches y madrugadas. El desarrollo de Guayaquil tiene que ir de la mano con un firme respeto al entorno. (O)

Roberto Argenzio Espinoza, Guayaquil