Que el dirigente nacional de los médicos, entrevistado en varios medios del país, compare la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada –Acess– con la Ley Orgánica de Comunicación –LOC– es la medida perfecta de cómo se puede mezclar agua y aceite, tostar granizo, hablar sin comunicar, especular sin responsabilidad y, de paso, pescar a río revuelto.
“Va a ser una forma de poner una mordaza a los médicos que están en contra del régimen” fue, palabras más palabras menos, el argumento del dirigente en mención, posición que de paso se respaldaba en el rostro de fingida preocupación de los preguntadores.
Comparar la Acess con la LOC es absoluta mala fe. O supina ignorancia.
De todas formas, y para prevenirme de que no vayan a establecer en mi oficio de periodista “los techos de los servicios de salud, empresas privadas de salud y medicina prepagada y controlar su aplicación”, indagué las posibles razones para tan extraña comparación.
Entre otras cosas, lo que encontré es que en el tema de sus enfoques, dicha agencia se encargará del “desarrollo de una cultura de calidad (...) mejoramiento continuo, no punitiva (...) promoviendo la capacitación de profesionales de la salud”.
Si no es punitiva y promueve la capacitación, ¿por qué descalificarla?, ¿por qué elevarla al nivel de mordaza?
Otro hallazgo sobre temas relacionados: desde el año 2006 la Ley Orgánica de la Salud, a través del artículo 182, ya facultaba a la Autoridad Sanitaria Nacional para regular las tarifas de los servicios de salud. “Sobre la base de este artículo, el Ministerio de Salud Pública y la Red Pública Integral de Salud (MSP, IESS, Issfa, Isspol) publicaron en 2012 un tarifario que regula los pagos que realizan las instituciones públicas a otras instituciones públicas y privadas, por derivación de sus pacientes. En este periodo no se han establecido techos a los precios de servicios de salud privados, ni está considerada en la planificación institucional generarlos”.
Otro de sus enfoques es que “...se crea el Acess como instancia de análisis y conciliación de quejas y reclamos, generando una vía técnica, distinta a la judicialización de casos y propiciando la evaluación por pares”.
Como una de mi hipótesis es que las protestas parten de un tema de desinformación, entonces una alternativa puede ser participar en las mesas de diálogo promovidas por el propio Ministerio de Salud en el sitio web www.salud.gob.ec.
De los profesionales de la salud tengo una secreta y sana envidia: el ejercicio de su sagrada misión, innegable aporte a la sociedad desde tiempos inmemoriales, sobre todo en los más difíciles episodios de la historia de la humanidad, en nuestro país es también un innegable indicador de estatus. Y es un tema lícito, pero que exige responsabilidades ulteriores, para ponernos al tono de la LOC.
La salud es un derecho humano de acceso gratuito y además debe ser preventiva, y de eso se encarga el Estado; pero también es un negocio, lucrativo, que puede deshumanizar y deshumanizarse –sé de discusiones económicas junto a un paciente que espera en quirófano por prolongar un poco sus días, o de clínicas enjuiciadas porque se negaron a aceptar a pacientes sin tarjeta de crédito–, y que requiere regulación.
Como en todo. (O)