A propósito de la Ley de Herencias y Plusvalía, me he puesto a analizar por qué es objeto de burla la gente pobre que sale a protestar junto a ricos, haciéndola parecer como tonta.
Caigo en cuenta que Ecuador ya no está dividido entre ricos, medios y pobres; ahora está dividido en dos grupos: los que en la vida tienen aspiraciones, que a pesar de ser pobres o medios o ricos, quieren soñar con seguir creciendo; y los derrotados, quienes asumen que ya no pueden aspirar a crecer y como ellos no han podido, nadie más podrá o nadie más merece crecer, ni sus hijos.
Los derrotados dirán lo inmoral que es pasar de pobre a medio y de medio a rico; que es ilegítimo tener una casa grande con las comodidades de la tecnología de pleno siglo XXI que es posible tener; que el culpable es “el imperio” y es imposible competirle al rico.
Quienes se sacrifican duro en la vida valoran la educación y son aquellos pobres con aspiraciones que sueñan con dejar de serlo; los medios, con aspiraciones que sueñan con dejar de serlo también; y los ricos con aspiraciones, que sueñan con aportar positivamente al mundo. Uno de los problemas de algunos ricos es que piensan que los pobres y medios no pueden ser como ellos. Uno de los problemas de los derrotados es que no conciben que puedan haber ricos con aspiraciones en tener un mundo mejor o un Ecuador mejor.
No creo en un país de derrotados, no he visto un Ecuador que cuando juega su Selección no tenga el deseo de ganar (hace años que eso ya no pasa porque sabemos que podemos ganar a cualquiera). La mayoría, aunque somos pobres, medios y ricos, vivimos con aspiraciones de cambiar al Ecuador para mejorar, con aspiración que si yo no pude, mi hijo en el futuro sí podrá y por eso lo educo. Ecuador no es país de derrotados.(O)
Byron Joaquín Rojas Rojas, ingeniero electrónico, Guayaquil