Actualmente se observa a la miopía en una especie de epidemia, ya que entre el 30% y 40% de la población de los países occidentales necesita del uso de lentes y con una miopía que aumenta de forma constante. Pero en algunos países de Asia como Singapur, Hong Kong y Taiwán, se ve que cerca el 80% de los jóvenes adultos son miopes, comparado con solo el 25% de hace décadas.

Se cree que la principal razón para este incremento en la miopía infantil tiene su origen en la vida moderna y sus costumbres: la disminución del tiempo que los niños pasan al aire libre está directamente relacionada con el aumento de la miopía en el mundo. La mayor presión en los países asiáticos por el desempeño académico eleva el tiempo en el interior de la casa, leyendo o haciendo tareas, y se lo quita a la vida en el patio. Tan clara es esta relación que investigaciones realizadas concluyeron que cada hora a la semana que un niño pasa en plazas o jugando al aire libre, reduce sus posibilidades de desarrollar el trastorno ocular en 2%.

A pesar de lo que se dice sobre el sol que es perjudicial, debemos aceptar que es un gran aliado para nuestros ojos, pero tenemos que estar también conscientes de que la exposición excesiva es muy perjudicial, por lo que hay que tratar al sol con  respeto. La  práctica de “baños” solares que debemos realizar para poder aprovechar los beneficios especiales que nos ofrece el sol, aparte de ser muy beneficioso y es  gratuito, deben ser realizadas en las primeras horas  de la mañana (con los primeros rayos solares) y de las últimas horas de la tarde. Estudios que se efectúan en Europa, pasando por Australia y hasta Asia, han hallado que las personas que pasan más tiempo al aire libre son menos propensas a desarrollar miopía que aquellas que permanecen la mayor parte del día entre cuatro paredes.

Una de las explicaciones más populares es que la luz del sol nutre en cierta forma los ojos. Quizás sea porque la luz solar estimula la producción de vitamina D, responsable de un sistema inmunológico y cerebro sano. También podría regular la salud ocular al estar facilitando una  mayor entrada de sangre en nuestros ojos y, por consiguiente, lo llenamos de nutrientes y oxígeno de un modo mayor a lo habitual.

¿Por qué ayudan los espacios abiertos a evitar la miopía? Una posibilidad es que la luz intensa que se disfruta al aire libre paralice el crecimiento de los globos oculares, una teoría que mantiene un estudio de la Universidad de Sídney (Australia). La idea más aceptada es que el sol provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor que actúa en los ganglios basales del cerebro.

Como sabemos, la miopía es causada por un crecimiento excesivo del globo ocular, lo que hace más difícil poder enfocar la imagen en la fóvea y al parecer  la exposición a la luz del sol  estimula la producción de la dopamina que detiene el crecimiento alargado del globo ocular y esto impide el crecimiento de la miopía.

La luz solar entonces es valiosa  para todos los defectos refractivos como la miopía, pero se debe tener mucho cuidado con los excesos de exposición y en ciertas horas del día, procurar siempre hacerlo cuando la luz del sol no sea demasiado intensa. 

Como indicaba anteriormente, es perfecto entre las 06:30 y 07:30 o a las 17:00 y 18:00, pero  siempre con los párpados cerrados, en unos 5 minutos de exposición. (0)

Gonzalo Adolfo Sanz Loor, optometrista, Manta, Manabí